
Pilares de la Educación, Delors y la UNESCO.
Aprender a ser, a convivir, a hacer, a conocer, son los cuatro pilares de la educación contenidos en el Informe a la UNESCO por la Comisión Internacional sobre la Educación para el Siglo XXI, presidida por Jacques Delors, que lleva el bello título de La Educación Encierra un Tesoro.
¡Cuánto tiempo ha pasado! ¡Cuántas interesantes ideas han sido expresadas antes de eso!
Comenio.
Comenio elaboró, probablemente, el primer libro para niños con ilustraciones: Orbis pictus (algo así como El Mundo en Dibujos), en 1638. Comenio se encargó de las escuelas de Suecia, allá por la mitad del siglo XVII, y con su obra Didactica Magna, se convirtió en el iniciador de una importante reforma educativa que pedía una actitud más tierna hacia los niños. También abogó por la educación de las mujeres. Sin grandilocuencia y con mucho sentido práctico, organizó la escuela por grados para las diferentes etapas de la vida.
Froebel.
Federico Froebel, a principios del siglo XIX, fue el creador de la educación preescolar. La idea del kindergarten, que quiere decir jardín de niños, responde al deseo de poner a los pequeños en algo así como un vivero, protegidos del mundanal ruido, para, por medio de juegos y de la manipulación de objetos y materiales adaptados a su edad, irles ayudando a expresarse verbal y corporalmente, a mostrar inventiva y a convivir. Sus ideas no fueron del agrado del gobierno prusiano, que ordenó su cierre, en cambio ejercieron mucha influencia en los Estados Unidos.
Herbart.
También alemán, Johann Herbart, siguiendo a Pestalozzi, abogó por la educación basada en el empleo natural de los sentidos, la psicología y la ética. Sus ideas fueron adoptadas en varias escuelas para la formación de maestros.
Schiller.
Otro alemán del siglo XIX, mejor conocido como poeta y por la influencia musical de su obra, fue Friedrich Schiller. En sus cartas acerca de La Educación Estética del Hombre, expresa serias críticas a la educación tecnicista y pragmática que empezaba a imponerse sobre la educación humanística y estética, pues "Si hasta hoy la verdad ha manifestado tan poco su potencia victoriosa, esto no puede ser atribuido al entendimiento, que no habría podido desvelarla, sino al corazón, que ha permanecido cerrado a ella y al instinto, que no ha actuado con ella." Y refuerza su aserto con la frase de Horacio, que Kant difundió y revitalizó: "sapere aude" (atrévete a saber) que, a mi modo de ver, resalta la importancia de la emoción en la conquista del conocimiento.
Es mera coincidencia que mencione yo aquí a tres alemanes. Han existido grandes inquietudes educativas en muchos países y han dado lugar a importantes movimientos hacia una mejor docencia.
Educación y Competencia.
Permítanme ahora plantear algunas ideas acerca del concepto de competencia, lejos de la idea de competitividad tan de moda en el mundo neo-liberal, y diferentes también, en más de un aspecto importante, de todo lo que se escribe y dice acerca de ella en los medios académicos (incluida esta Especialización).
Coincido con Gilbert [1] en que la competencia no es un atributo de la persona, sino de su desempeño en determinada tarea. Un atributo que por cierto es susceptible de medición y cuya cuantificación plena se alcanza al compararlo con un estándar social: el desempeño ejemplar.
Gilbert define la holgura (según la acepción antigua del vocablo inglés leissure, que ha sido incorrectamente traducido como ocio, conforme a su significado actual) como el potencial del desempeño meritorio (worthy performance) y viceversa, el desempeño meritorio como el potencial de la holgura, la cual no es otra cosa que el producto de la oportunidad por el tiempo disponible.
El Primer Teorema de la Holgura (el más importante en el sistema de Gilbert) establece que el desempeño meritorio o simplemente mérito (worth en inglés) es función del cociente que resulta de dividir el logro entre el costo.
Los corolarios del Primer Teorema de la Holgura son muy interesantes:
a) Si sabemos lo que hacemos, la educación es altamente económica (pequeños cambios en la manera de hacer las cosas pueden tener como resultado grandes incrementos en el desempeño).
b) No hay necesidad de medir el comportamiento, sino hasta que hayamos medido el logro. Únicamente cuando el desempeño no es satisfactorio hay necesidad de examinar los detalles y los costos de la acción. Hay muchos comportamientos que producen fallas en el desempeño; deben ser identificados de forma separada y no quedar ocultos en evaluaciones sumativas. Es necesario elaborar una lista de los comportamientos que están causando problema, para poder planear las medidas de corrección y calcular el costo de las mismas.
c) El comportamiento es un índice poco fiel del desempeño. Es conveniente y útil concentrarse en el estudio y medida del logro.
El Segundo Teorema de la Holgura introduce una importante variable: el potencial para mejorar el desempeño (PMD, o PIP por sus siglas en inglés), que es el cociente que resulta de dividir el mérito o valía del desempeño ejemplar entre el mérito o valía del desempeño típico (algún desempeño en particular). La competencia es inversamente proporcional a esta variable, de lo cual se desprende la conclusión optimista de que el desempeño menos competente tiene un mayor potencial para mejorar.
Evaluación.
Finalmente tocaré el tema de la evaluación como parte indispensable de todo proceso educativo. Para ello me basaré principalmente en el artículo de Grant Wiggins "Assessment as Feedback" [2].
Señala este autor, citando a T.F. Gilbert,[1] ocho pasos importantes de la evaluación:
1. Identificar los logros esperados.
2. Definir los requerimientos de cada logro (Calidad, Cantidad y Costo -trabajo, energía, materiales, esfuerzo y administración-). Si existiese duda de que haya quedado clara la importancia de cada logro y de sus requerimientos, proveer la explicación pertinente.
3. Describir cómo se medirá el desempeño y por qué.
4. Establecer estándares ejemplares, de preferencia en términos cuantitativos.
5. Identificar el desempeño ejemplar y los medios que pueden ser utilizados para acercarse al desempeño ejemplar, alcanzarlo o aún rebasarlo.
6. Proporcionar a cada persona información frecuente e inequívoca acerca de su desempeño (feedback), en comparación con un estándar ejemplar, indicando con claridad las consecuencias del desempeño satisfactorio o insuficiente.
7. Proveer suficiente información de respaldo que permita a cada persona identificar sus problemas de desempeño.
8. Relacionar los diferentes aspectos del desempeño no satisfactorio con acciones correctivas específicas.
El artículo de Wiggins deja muy claro que la evaluación no es algo que se lleve a cabo tan sólo en determinados momentos del proceso educativo, sino que debe ser informada a la persona interesada de manera constante y oportuna, porque es parte esencial del proceso de enseñanza-aprendizaje.
La evaluación requiere de un conjunto conocido de metas que se pueda medir, modelos y especificaciones que hagan que las metas sean realistas y claras (rúbricas de evaluación), información descriptiva en comparación con esos modelos y especificaciones, observaciones sinceras pero respetuosas, guía útil.
Según Wiggins, en las escuelas se necesita menos clases, menos evaluaciones sumativas y más feedback al cual, más que retroalimentación, pudiésemos denominar retroinformación.
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[1] Gilbert, T.F. (2007) Human Competence. Engineering worthy performance. Tribute Edition. San Francisco. Pfeiffer - Wiley & Sons. 376pp.
[2] Wiggins, G. Assessment as Feedback. http://www.newhorizons.org/strategies/assess/wiggins.htm
(consultado el 14 de junio de 2009)
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