sábado, 4 de diciembre de 2010

Matemática de la Competencia (con un ejemplo fácil de comprender)

La competencia (bien sea que se la vea como valía del desempeño, o como potencial de la holgura), es susceptible de un tratamiento matemático muy bello, que puede ser explicado por medio de un ejemplo fácil de comprender.

Empecemos por definir la oportunidad (O) como el potencial del logro (L).

Ejemplo: la chica que me gusta termina con su novio, se presenta así una oportunidad a mi intención de que se convierta en mi novia, esta oportunidad es el potencial de que yo logre que la chica que me gusta acepte ser mi novia.

En forma de expresión algebraica, lo anterior puede ser representado como sigue:

O = pL (ecuación 1)

Según el diccionario, dos de las acepciones de la palabra holgura son:

Espacio suficiente para que algo pase, quepa o se mueva.
Desahogo, bienestar, disfrute de recursos suficientes.

Sigamos con el ejemplo: aunque el que la chica que me gusta haya terminado con su novio conlleva la posibilidad de que yo logre que acepte ser mi novia, es posible que esta situación dure solamente por algún tiempo. La holgura con la que cuento depende, en consecuencia, del tiempo que exista la oportunidad, de donde puede decirse que la holgura (H) es el producto de la oportunidad (O) por el tiempo disponible (t).

Lo anterior puede ser representado por una sencilla expresión algebraica:

H = O t (ecuación 2)

Las acciones que realice yo y los medios a los que recurra para conseguir mi propósito consumen tiempo. Si nos referimos al ejemplo, el tiempo disponible rendirá menos mientras más numerosas y complicadas sean las acciones (comportamientos) a las cuales recurra yo en mi afán por conseguir que la chica que me gusta se fije en mí y acceda a ser mi novia.

Lo anterior se expresa matemáticamente por medio de una relación inversa entre el tiempo disponible y el comportamiento:

t = 1/C (ecuación 3)

Pero sabemos que la valía del desempeño (VD), en otras palabras la competencia, es directamente proporcional al logro e inversamente proporcional al comportamiento (incluido el empleo de recursos -necesarios pero costosos). Esto puede ser representado por medio de la siguiente expresión algebraica:

VD = L / C (ecuación 4)

Volviendo al ejemplo, mi desempeño será más competente en tanto logre mi propósito respecto a la chica que me gusta, empleando el mínimo posible de comportamientos y otros recursos costosos.

Si combinamos las ecuaciones 2, 1 y 4, tenemos que:

H = pL / C = pVD (ecuación 5)

¡La holgura es el potencial de la competencia!

Pero, ¿es la competencia el potencial de la holgura?... Para que así fuese, bastaría con afirmar que la relación que denominamos "potencial de" es una relación simétrica, o lo que es lo mismo, que A es el potencial de B, si y solamente si B es el potencial de A.

La afirmación anterior es razonable, en vista de que los logros pueden generar nuevas oportunidades, y de que el empleo racional y económico de los recursos puede conducir a una condición desahogada.

Por lo tanto: ¡La competencia es el potencial de la holgura!... Ha aquí, pues, una definición conveniente y concisa de lo que entiendo por competencia:

VD = pH

viernes, 3 de diciembre de 2010

Correcto Enunciado de la Misión.

La palabra misión implica la noción de cometido, propósito. Hoy en día es común que se pida a las organizaciones, a los departamentos de una organización, inclusive a las personas, que definan una misión.

En ese sentido, la acepción pertinente de la palabra es, más o menos, la que sigue (que he tomado del diccionario en línea del periódico El País): [1]

Labor u obra que una persona u organización se siente obligada a realizar.

Sin embargo, debo advertir, como siempre, contra el riesgo de confundir comportamiento con logro. Por labor u obra debe entenderse aquello que se lleva a cabo, no la manera en la cual se lo realiza, ni los recursos que se utiliza para tal fin.

La prueba de oro para distinguir un logro de un comportamiento es que el logro puede ser evaluado sin necesidad de observar a quien lo consigue. Existe como fruto de la labor realizada, pero es esencialmente distinto al trabajo, el esfuerzo o los recursos utilizados para obtenerlo.

Por lo que respecta a la misión, una norma importante es el que se la defina en términos de logros y no de comportamientos. Solamente así va a ser posible constatar su cumplimiento, sin depender de cuál sea la persona u organización que la lleve a cabo.

Pero no es esa la única norma para el correcto enunciado de la misión. T.F. Gilbert (1978) da cinco normas claves y las identifica con las letras ACORN [2]. Yo he hecho una adaptación al castellano de esas cinco normas que debe cumplir el enunciado de la misión, y para recordarlas cuando se elabora o juzga dicho enunciado, propongo las sílabas de una frase sin sentido: LOCO TOCOME.

LO (logro): la misión es enunciada en términos de logros. (En inglés A, por achievement)
CO (control): los factores de los cuales depende el logro son controlables por la persona u organización. (En inglés C, por control)

TO (total): la misión describe la totalidad del cometido o propósito de la persona u organización. (En inglés O, por total objective)
CO: (compatible): la misión es compatible con el entorno cultural, político y organizacional; está en armonía con él. (En inglés R, por reconcile)
ME: (medible): el cumplimiento de la misión es susceptible de ser medido, incluso cuantificado. (En inglés N, por numbers)

Todo esto no es un capricho, ni una moda. No es para colocarse en un marco -aunque no hay nada de malo en hacerlo- sino para cumplirse.

En resumen:

Toda misión describe el objetivo, meta o finalidad de la organización, el departamento, el puesto o el proyecto. Pero debe hacerlo en términos de logros que sean susceptibles de ser comprobados, incluso cuantificados, y nunca en términos generales vagos.

La definición de la misión debe ser concisa y fácil de comprender. Me parece que una buena contraprueba de una buena definición es el pensar qué es lo que no sucedería en caso de que la organización, el departamento, el puesto no existiesen, o de que el proyecto no se llevase a cabo.

La misión no describe comportamientos, procedimientos, funciones, responsabilidades; define resultados esperados.

La misión no debe depender de cosas que estén fuera del control directo de la organización, departamento, puesto o proyecto al que se refiere. (Por ejemplo, la misión de una campaña publicitaria, tiene que estar limitada a lograr que un determinado número de personas, en la población objetivo, reciba y recuerde los mensajes emitidos… no puede incluirse en la misión –aunque esté entre los resultados que indirectamente se espera obtener– el que las ventas se incrementen, o el que la empresa salga de la crisis económica, porque eso depende de factores que escapan al control de la campaña publicitaria)

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[1] http://www.elpais.com/diccionarios/castellano/misi%C3%B3n (consultado el 3 de diciembre 2010)
[2] T.F. Gilbert. 1978. Human Competence. Engineering Worthy Performance. Tibute Edition. 2007. The International Society for Performance Improvement. San Francisco. Pfeiffer - John Wiley & Sons. Páginas 150 - 155.

jueves, 2 de diciembre de 2010

Competencia, comportamiento y logro.

Si hemos de orientar nuestro quehacer docente al fomento de la competencia, tenemos que comenzar por distinguir entre comportamientos y logros.

Me explico. Comportamiento es lo que la persona hace. Logro es el resultado de su acción. Comportamientos muy distintos pueden conducir al mismo resultado.

Es común que en las escuelas o en los centros de trabajo se otorgue al comportamiento y a la historia del comportamiento una importancia que no poseen. Esto sucede hasta el extremo de concederle más atención que al logro. De ser así, se estará fomentando la incompetencia, no la competencia, como intento exponer a continuación.

Sostengo, con T.F. Gilbert (1978), que competencia es ni más ni menos que la valía del desempeño en una determinada tarea o misión. Hay que hacer notar que la valía del desempeño cumple los siguientes requisitos:

A. Es cuantificable.
B. Está determinada por convenciones sociales y culturales que definen el desempeño ejemplar u óptimo.
C. Es directamente proporcional al logro.
D. Es inversamente proporcional al costo de los recursos desplegados o utilizados, entre ellos el comportamiento, la actitud, la motivación y la gestión.

La definición anterior tiene varias importantes consecuencias:

1. La competencia es un atributo del desempeño, no de la persona.
2. La competencia no existe antes del desempeño ni independientemente de él.
3. La competencia puede variar en diferentes ocasiones.
4. La competencia mejora conforme se acerca a la valía del desempeño ejemplar.
5. El desempeño cuya valía se aleja más de la del desempeño ejemplar, es el que tiene mayor potencial para mejorar.

Las cinco consecuencias anteriores me parecen de enorme importancia para toda persona que pretenda contribuir al desarrollo de la competencia en cualquier campo del interés humano. Simplifican la evaluación, al centrarse en el logro, que puede ser definido con mucha precisión. Promueven la libertad al dar cabida a una amplia variedad de comportamientos y perfiles personales, así como la equidad al conceder la posibilidad de mejoría del desempeño y especificar un ejemplo inequívoco de lo que se espera de éste.

Únicamente cuando se adopta este punto de vista es posible abandonar el culto al comportamiento, al conocimiento y al acopio y despliegue de recursos, y centrar la acción docente y la acción productiva en el logro de objetivos claramente definidos y cuantificables.

Por supuesto que no puede existir logro sin recursos. De la misma manera que no puede haber cociente cuando se divide entre cero. Pero la valía del desempeño es mayor en tanto el logro pueda ser alcanzado con economía, y no con dispendio, despliegue o acopio de recursos costosos. De ahí la necesidad del enfoque que estoy proponiendo.

Infortunadamente, a quienes hemos obtenido un doctorado, acumulado conocimientos, trabajado afanosamente, nos es, a veces, imposible conceder que pueda lograrse algo sin tanto estudio, tanto conocimiento, tanto trabajo y tanto afán, con sólo tener claramente definido qué es lo que se quiere lograr.

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Referencia: T.F. Gilbert. 1978. Human Competence. Engineering Worthy Performance. Tribute Edition. 2007. The International Society for Performance Improvement. San Francisco. Pfeiffer - John Wiley & Sons.

domingo, 14 de junio de 2009

Competencia Humana y Educación


Pilares de la Educación, Delors y la UNESCO.

Aprender a ser, a convivir, a hacer, a conocer, son los cuatro pilares de la educación contenidos en el Informe a la UNESCO por la Comisión Internacional sobre la Educación para el Siglo XXI, presidida por Jacques Delors, que lleva el bello título de La Educación Encierra un Tesoro.

¡Cuánto tiempo ha pasado! ¡Cuántas interesantes ideas han sido expresadas antes de eso!


Comenio.

Comenio elaboró, probablemente, el primer libro para niños con ilustraciones: Orbis pictus (algo así como El Mundo en Dibujos), en 1638. Comenio se encargó de las escuelas de Suecia, allá por la mitad del siglo XVII, y con su obra Didactica Magna, se convirtió en el iniciador de una importante reforma educativa que pedía una actitud más tierna hacia los niños. También abogó por la educación de las mujeres. Sin grandilocuencia y con mucho sentido práctico, organizó la escuela por grados para las diferentes etapas de la vida.

Froebel.

Federico Froebel, a principios del siglo XIX, fue el creador de la educación preescolar. La idea del kindergarten, que quiere decir jardín de niños, responde al deseo de poner a los pequeños en algo así como un vivero, protegidos del mundanal ruido, para, por medio de juegos y de la manipulación de objetos y materiales adaptados a su edad, irles ayudando a expresarse verbal y corporalmente, a mostrar inventiva y a convivir. Sus ideas no fueron del agrado del gobierno prusiano, que ordenó su cierre, en cambio ejercieron mucha influencia en los Estados Unidos.

Herbart.

También alemán, Johann Herbart, siguiendo a Pestalozzi, abogó por la educación basada en el empleo natural de los sentidos, la psicología y la ética. Sus ideas fueron adoptadas en varias escuelas para la formación de maestros.

Schiller.

Otro alemán del siglo XIX, mejor conocido como poeta y por la influencia musical de su obra, fue Friedrich Schiller. En sus cartas acerca de La Educación Estética del Hombre, expresa serias críticas a la educación tecnicista y pragmática que empezaba a imponerse sobre la educación humanística y estética, pues "Si hasta hoy la verdad ha manifestado tan poco su potencia victoriosa, esto no puede ser atribuido al entendimiento, que no habría podido desvelarla, sino al corazón, que ha permanecido cerrado a ella y al instinto, que no ha actuado con ella." Y refuerza su aserto con la frase de Horacio, que Kant difundió y revitalizó: "sapere aude" (atrévete a saber) que, a mi modo de ver, resalta la importancia de la emoción en la conquista del conocimiento.

Es mera coincidencia que mencione yo aquí a tres alemanes. Han existido grandes inquietudes educativas en muchos países y han dado lugar a importantes movimientos hacia una mejor docencia.

Educación y Competencia.

Permítanme ahora plantear algunas ideas acerca del concepto de competencia, lejos de la idea de competitividad tan de moda en el mundo neo-liberal, y diferentes también, en más de un aspecto importante, de todo lo que se escribe y dice acerca de ella en los medios académicos (incluida esta Especialización).

Coincido con Gilbert [1] en que la competencia no es un atributo de la persona, sino de su desempeño en determinada tarea. Un atributo que por cierto es susceptible de medición y cuya cuantificación plena se alcanza al compararlo con un estándar social: el desempeño ejemplar.

Gilbert define la holgura (según la acepción antigua del vocablo inglés leissure, que ha sido incorrectamente traducido como ocio, conforme a su significado actual) como el potencial del desempeño meritorio (worthy performance) y viceversa, el desempeño meritorio como el potencial de la holgura, la cual no es otra cosa que el producto de la oportunidad por el tiempo disponible.

El Primer Teorema de la Holgura (el más importante en el sistema de Gilbert) establece que el desempeño meritorio o simplemente mérito (worth en inglés) es función del cociente que resulta de dividir el logro entre el costo.

Los corolarios del Primer Teorema de la Holgura son muy interesantes:

a) Si sabemos lo que hacemos, la educación es altamente económica (pequeños cambios en la manera de hacer las cosas pueden tener como resultado grandes incrementos en el desempeño).
b) No hay necesidad de medir el comportamiento, sino hasta que hayamos medido el logro. Únicamente cuando el desempeño no es satisfactorio hay necesidad de examinar los detalles y los costos de la acción. Hay muchos comportamientos que producen fallas en el desempeño; deben ser identificados de forma separada y no quedar ocultos en evaluaciones sumativas. Es necesario elaborar una lista de los comportamientos que están causando problema, para poder planear las medidas de corrección y calcular el costo de las mismas.
c) El comportamiento es un índice poco fiel del desempeño. Es conveniente y útil concentrarse en el estudio y medida del logro.

El Segundo Teorema de la Holgura introduce una importante variable: el potencial para mejorar el desempeño (PMD, o PIP por sus siglas en inglés), que es el cociente que resulta de dividir el mérito o valía del desempeño ejemplar entre el mérito o valía del desempeño típico (algún desempeño en particular). La competencia es inversamente proporcional a esta variable, de lo cual se desprende la conclusión optimista de que el desempeño menos competente tiene un mayor potencial para mejorar.

Evaluación.

Finalmente tocaré el tema de la evaluación como parte indispensable de todo proceso educativo. Para ello me basaré principalmente en el artículo de Grant Wiggins "Assessment as Feedback" [2].

Señala este autor, citando a T.F. Gilbert,[1] ocho pasos importantes de la evaluación:

1. Identificar los logros esperados.
2. Definir los requerimientos de cada logro (Calidad, Cantidad y Costo -trabajo, energía, materiales, esfuerzo y administración-). Si existiese duda de que haya quedado clara la importancia de cada logro y de sus requerimientos, proveer la explicación pertinente.
3. Describir cómo se medirá el desempeño y por qué.
4. Establecer estándares ejemplares, de preferencia en términos cuantitativos.
5. Identificar el desempeño ejemplar y los medios que pueden ser utilizados para acercarse al desempeño ejemplar, alcanzarlo o aún rebasarlo.
6. Proporcionar a cada persona información frecuente e inequívoca acerca de su desempeño (feedback), en comparación con un estándar ejemplar, indicando con claridad las consecuencias del desempeño satisfactorio o insuficiente.
7. Proveer suficiente información de respaldo que permita a cada persona identificar sus problemas de desempeño.
8. Relacionar los diferentes aspectos del desempeño no satisfactorio con acciones correctivas específicas.

El artículo de Wiggins deja muy claro que la evaluación no es algo que se lleve a cabo tan sólo en determinados momentos del proceso educativo, sino que debe ser informada a la persona interesada de manera constante y oportuna, porque es parte esencial del proceso de enseñanza-aprendizaje.

La evaluación requiere de un conjunto conocido de metas que se pueda medir, modelos y especificaciones que hagan que las metas sean realistas y claras (rúbricas de evaluación), información descriptiva en comparación con esos modelos y especificaciones, observaciones sinceras pero respetuosas, guía útil.

Según Wiggins, en las escuelas se necesita menos clases, menos evaluaciones sumativas y más feedback al cual, más que retroalimentación, pudiésemos denominar retroinformación.

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[1] Gilbert, T.F. (2007) Human Competence. Engineering worthy performance. Tribute Edition. San Francisco. Pfeiffer - Wiley & Sons. 376pp.
[2] Wiggins, G. Assessment as Feedback. http://www.newhorizons.org/strategies/assess/wiggins.htm
(consultado el 14 de junio de 2009)

jueves, 30 de abril de 2009

Bienvenida

Les doy una cordial bienvenida al Módulo DOS de la especialidad de Competencias Docentes para la Educación Media Superior.

Les invito a que cada quien inicie un "blog", que no es más que un cuaderno de viaje (bitácora) en el cual puedan apuntar todo lo que se les ocurra durante las doce semanas del módulo, aparte de algunas tareas que les pediré que suban a su blog.

Nada impide que pongan fotos (de sus alumnos, su escuela, su localidad) u otras imágenes que le den atractivo y vitalidad a sus apuntes. No olviden poner una foto de ustedes y escribir algunos datos en el perfil, para que podamos conocernos un poco. El blog será un complemento divertido y duradero a su participación en la plataforma de la especialidad, además de que pueden mantenerlo y enriquecerlo después, o hasta crear otros y puede ser la base para la formación de una red virtual entre las personas participantes en la especialidad.

Quienes no tengamos experiencia en blogs, iremos aprendiendo poco a poco los recursos con los que cuentan. Parece que el único requisito para crear blogs en blogspot.com es contar con una dirección de correo electrónico que no sea de microsoft (esto es hotmail, live, ms) sino de google (gmail), yahoo u otras, todas son gratis y fáciles de crear y les van a ser útiles. Me parece que la dirección institucional de la UPN tampoco, pero no estoy seguro de ello. Cualquier cosa es posible ponerla a prueba y así aprenderemos qué se puede hacer y qué no, cómo se hace esto o aquello.

Ánimo y buena vibra.

Fernando Prieto (Tutor)