La palabra misión implica la noción de cometido, propósito. Hoy en día es común que se pida a las organizaciones, a los departamentos de una organización, inclusive a las personas, que definan una misión.
En ese sentido, la acepción pertinente de la palabra es, más o menos, la que sigue (que he tomado del diccionario en línea del periódico El País): [1]
Labor u obra que una persona u organización se siente obligada a realizar.
Sin embargo, debo advertir, como siempre, contra el riesgo de confundir comportamiento con logro. Por labor u obra debe entenderse aquello que se lleva a cabo, no la manera en la cual se lo realiza, ni los recursos que se utiliza para tal fin.
La prueba de oro para distinguir un logro de un comportamiento es que el logro puede ser evaluado sin necesidad de observar a quien lo consigue. Existe como fruto de la labor realizada, pero es esencialmente distinto al trabajo, el esfuerzo o los recursos utilizados para obtenerlo.
Por lo que respecta a la misión, una norma importante es el que se la defina en términos de logros y no de comportamientos. Solamente así va a ser posible constatar su cumplimiento, sin depender de cuál sea la persona u organización que la lleve a cabo.
Pero no es esa la única norma para el correcto enunciado de la misión. T.F. Gilbert (1978) da cinco normas claves y las identifica con las letras ACORN [2]. Yo he hecho una adaptación al castellano de esas cinco normas que debe cumplir el enunciado de la misión, y para recordarlas cuando se elabora o juzga dicho enunciado, propongo las sílabas de una frase sin sentido: LOCO TOCOME.
LO (logro): la misión es enunciada en términos de logros. (En inglés A, por achievement)
CO (control): los factores de los cuales depende el logro son controlables por la persona u organización. (En inglés C, por control)
TO (total): la misión describe la totalidad del cometido o propósito de la persona u organización. (En inglés O, por total objective)
CO: (compatible): la misión es compatible con el entorno cultural, político y organizacional; está en armonía con él. (En inglés R, por reconcile)
ME: (medible): el cumplimiento de la misión es susceptible de ser medido, incluso cuantificado. (En inglés N, por numbers)
Todo esto no es un capricho, ni una moda. No es para colocarse en un marco -aunque no hay nada de malo en hacerlo- sino para cumplirse.
En resumen:
Toda misión describe el objetivo, meta o finalidad de la organización, el departamento, el puesto o el proyecto. Pero debe hacerlo en términos de logros que sean susceptibles de ser comprobados, incluso cuantificados, y nunca en términos generales vagos.
La definición de la misión debe ser concisa y fácil de comprender. Me parece que una buena contraprueba de una buena definición es el pensar qué es lo que no sucedería en caso de que la organización, el departamento, el puesto no existiesen, o de que el proyecto no se llevase a cabo.
La misión no describe comportamientos, procedimientos, funciones, responsabilidades; define resultados esperados.
La misión no debe depender de cosas que estén fuera del control directo de la organización, departamento, puesto o proyecto al que se refiere. (Por ejemplo, la misión de una campaña publicitaria, tiene que estar limitada a lograr que un determinado número de personas, en la población objetivo, reciba y recuerde los mensajes emitidos… no puede incluirse en la misión –aunque esté entre los resultados que indirectamente se espera obtener– el que las ventas se incrementen, o el que la empresa salga de la crisis económica, porque eso depende de factores que escapan al control de la campaña publicitaria)
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[1] http://www.elpais.com/diccionarios/castellano/misi%C3%B3n (consultado el 3 de diciembre 2010)
[2] T.F. Gilbert. 1978. Human Competence. Engineering Worthy Performance. Tibute Edition. 2007. The International Society for Performance Improvement. San Francisco. Pfeiffer - John Wiley & Sons. Páginas 150 - 155.
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